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Huancayo: Una Nación Viril y la Esperanza


Foto:Mylene d'Auriol

 

 

 

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Por: Rubén D. Gutiérrez

Me acerco a ti, oh río mío
llorando para depositar mis lágrimas
en el cálido seno de tus aguas.
Tus riberas están pobladas de fantasmas
que invitan con sus guiños
a soñar o a llorar.
Julián Petrovick.
(Huancayo, 1903-1939)

La ciudad de Huancayo, "La Incontrastable", capital del departamento de Junín, está situada en la margen izquierda del río Mantaro en un valle prodigioso, a una altura de 3,244 metros sobre el nivel del mar y a 310 kilómetros de Lima.

Huancayo recibe siempre a sus visitantes con un clima generalmente acogedor y saludable, templado y seco. Tiene tres estaciones muy marcadas, de noviembre a abril, su temporada de lluvias; de mayo a julio, temporada de heladas con mucho frío; y de agosto a octubre, meses sin lluvias y fuertes vientos. Casi nunca se ausenta el Sol.

El legendario río Mantaro nace al sur del nudo de Pasco en la Cordillera de los Andes a los 4,000 m.s.e.n.d.m y recorre aproximadamente 300 km hasta unirse al río Apurímac.

Ya en 1924, el diario "El Radical" denunciaba los daños que los humos de La Oroya causaban a la agricultura; 73 años después, nuevas montañas de escoria compiten con las más altas del lugar, y algo nuevo crece en el paisaje y que las autoridades deben corregir: un desierto en la serranía. Sin mencionar el daño terrible y acumulado de los relaves.

Las aguas del Mantaro, aún contaminadas se usan para regadío en toda la margen izquierda del valle, La otra margen, sólo recibe lluvia y ríos menores para sus cultivos. Son muchos los pueblos en el valle que esperan por décadas la solución al problema de la contaminación de estas aguas para la supervivencia de esta agricultura tantas veces llamada "la despensa de Lima".
Luego del triste paisaje que rodea a La Oroya, desde la salida, en camino a Huancayo, se observa un cambio asombroso en el paisaje con pueblitos de colores intensos como San Miguel de Huaripampa, La Natividad de Apata, La Asunción de Matahuasi, San Jerónimo de Tunán, Santo Domingo de Sicaya, La Concepción de Achi, La Ascensión de Mito, San Francisco de Orcotuna, Santa Ana de Sincos, Todos los Santos de Chongos. Por mencionar algunos antiguos y rimbombantes nombres que han sucumbido con los avatares de la modernidad.

Huancayo enfrenta el dilema de un crecimiento urbano desbocado, siendo uno de los valles más importantes del país, devorándose las mejores tierras agrícolas, ahora irrefutablemente amenazadas y escasas.
Una tradición oral trasmitida de generación en generación cuenta que el valle del Mantaro era un lago con un islote rocoso denominado huanca (piedra) habitado por una amaru (serpiente). El Dios Tulumanya (arco iris) engendró a otro amaru que le disputaba el dominio al viejo amaru permanentemente en luchas territoriales interminables entre estos dos amarus que ocasionaron el enojo del Dios Viracocha. Lo cual produjo un cataclismo en forma de Diluvio Universal, luego del cual emergería la primera pareja huanca, cuyos descendientes edificaron el templo de Huarivilca junto a su manatial sagrado, lugar que aún existe, y donde según la crónica de Pedro Cieza de León existían tres o cuatro molles grandes de los cuales aún sobreviven dos cargados de historia, como milagros vivientes. El tercer molle sucumbió hace unos 30 años a manos de los huaqueros; y existe en el museo de sitio -prácticamente abandonado por el INC- una evidencia fotográfica de esta afrenta.

Huancayo es cuna de la nación huanca, pueblo trabajador, altivo, aguerrido, belicoso e históricamente cruel con el enemigo. "A los que prendían en las guerras desollaban; unos pellejos henchían de ceniza y los ponían en un templo por trofeos de sus hazañas; y otros pellejos ponían en sus tambores". Garcilaso de la Vega, "Comentarios Reales de los Incas".
Durante la expansión incaica llevada a cabo por el Inca Pachacútec, los huancas fueron sometidos al Tahuantinsuyo con mucho esfuerzo y su territorio fue sede de un tambo de gran importancia. La fundación española de Huancayo se realizó el día de la Santísima Trinidad, el 1° de junio de 1572, por el visitador Jerónimo de Silva.

Huancayo, tradicionalmente rebelde, fue de los primeros en abjurar de la dominación española. El 20 de noviembre de 1820 se proclamó y juró la Independencia del Perú en presencia del general José Antonio Alvarez de Arenales, sobre un tabladillo en la 5ª cuadra de la calle Real ante una muchedumbre que congregó a los principales vecinos y al pueblo.
Muchas fueron las acciones realizadas en Huancayo por la causa de la independencia que la hicieron merecedora al título de "Ciudad Incontrastable" que ostenta con orgullo único, honor otorgado por José de la Torre Tagle y Bernardo Monteagudo el 19 de marzo de 1822, en reconocimiento al valor y la audacia de acciones como las del 29 de diciembre de1820. Quienes luchaban por nuestra independencia, en el barrio de Azapampa entregaron sus vidas como ofrenda a la libertad de su país, prueba eterna de un pueblo que nunca claudicó, ni se dejó avasallar. En el amanecer republicano, Huancayo participó en hechos que marcaron profunda huella en la historia. Gamarra promulgó la Constitución de Huancayo en1839 y el Mariscal Ramón Castilla rubricó la ley que abolió la esclavitud el 3 de diciembre de 1854.

Según la edición de "La Esperanza" del 15 de agosto de 1863, llegó a Huancayo el primer fotógrafo, un hijo del lugar que retrataba a máquina y a pincel.

Nemesio Ráez, en su "Monografía de Huancayo", refiere que las primeras plantas de eucaliptos vinieron de Australia al Perú y, a Huancayo, procedentes de la Escuela de Agricultura de Lima en 1872. Se inició desde esa época una gran forestación que ahora decrece y que esperamos retorne incluyendo especies nativas.

Durante la infausta guerra con Chile, desde 1879 -aún en las peores situaciones- no cejó la inquebrantable rebeldía huanca, esta vez ante la presencia enemiga que se hizo patente en acciones guerrilleras permanentes, así como en las históricas batallas de Pucará y Marcavalle, con el triunfo de las tropas del legendario general Andrés Avelino Cáceres, el "Brujo de los Andes".

 

 

 

Mucho después, el 24 de agosto de 1908 con la llegada del tren a Huancayo se incorporó el Ferrocarril Central como un eslabón más del entonces proyectado F.C. Panamericano.

El servicio de pasajeros que ofrecía el Ferrocarril Central está suspendido -esperamos por poco tiempo- para el turismo peruano y extranjero. Y es una pena pues constituye uno de los más hermosos recorridos por la Cordillera de los Andes, en un viaje de 9 horas que incluyen 115 curvas, 67 túneles y 54 puentes. El "Infiernillo", puente ferroviario más alto del mundo y el túnel La Galera, a 4780 m.s. n.m. son dos de sus mejores atractivos.

En 1918, llegó a esta ciudad el primer automóvil, un Overland traído por el comerciante escocés Robert Saunders, que legó a lo más graneado de la sociedad de aquella época una curiosa lección de puntualidad. Su esposa Isabella Tolmie falleció en 1915, ante lo cual cursó invitaciones a sus amigos, indicando fecha y hora. No habiendo presentes a la hora fijada, hizo colocar el ataúd en la carroza y emprendió solo la marcha al campo santo. Juan Ancilloto, aviador italiano, hizo el primer vuelo Lima-Huancayo en 2 horas utilizando un avión "Balila" monomotor el 23 de mayo de 1921. El 27 de julio de 1953 los andinistas locales Pablo Arias, Juan P. Terán, Aurelio Bejarano, Daniel Cerrón, Demetrio Yauli, Hildebrando Astete y Vidal Palacios Quintana de 50 años coronaron el Lasuntay de 5,890 m. contra todos los pronósticos, siendo los primeros en hacerlo. Son muy pocos los modernos aventureros que puedan contar esa hazaña. El huanca es un pueblo de trabajo, tradiciones, religiosiodad y folclore muy arraigados. Para demostrarlo exhibe un casi interminable rosario de festividades, que no son sino el nunca retaceado y fiel agradecimiento a Dios. En Mito, provincia de Concepción, del 1º al 3 de enero todos los años se revive una de las danzas más singulares, antigüas e impresionantes del Perú, la Huaconada, grotesca y misteriosa con la que se busca mantener la moral del pueblo. El Huacón es reconocido como expresión máxima de la autoridad y convertido en "señor alcalde" se le debe respeto y pleitesía, es pues una danza de control social y ya es descrita por cronistas e historiadores.

La Tunantada, se baila el 20 de enero en Jauja y Yauyos en honor a San Sebastián y San Fabián, de influencia colonial, danza y parodia del español déspota, presuntuoso, jactancioso y fanfarrón. El Tunante es pícaro, bribón y taimado.

La Fiesta de las Cruces se realiza en Chupaca; permite apreciar la Danza de los Shapis del 3 al 8 de mayo. Sobre el origen de esta danza, se cuenta que a la derrota del ejército huanca ante los incas, hubo un cacique y sus guerreros que no entregaron sus armas ni rindieron pleitesía al inca, internándose en la selva de Huánuco, de donde años más tarde, regresarían a su terruño con esta danza netamente guerrera.

El mes de mayo, es el mes de la Chonguinada, danza de ofrenda patronal en homenaje a las cruces. Danza de origen colonial cuenta el matrimonio de un español con una hermosísima nativa en el pueblo de Santiago León de Chongos, una parodia del aristocrático minué francés. Se danza también el 4 de agosto en Sicaya, el 8 de setiembre en Sapallanga, Orcotuna, y el 16 de agosto en San Jerónimo de Tunán.

Sapalllanga, Orcotuna, Apata y Marcatuna, celebran su fiesta en honor a la Santísima Virgen de Cocharcas el 8 de setiembre presentando también el Apu Inca que reproduce la captura y muerte del Inca Atahualpa; ésta se festeja también en Carhuamayo el 2 de setiembre en homenaje a Santa Rosa de Lima.

Destacan además, la Fiesta de Santiago en la que se realiza el marcado de los animales, en el mes de julio, en honor al apóstol Santiago. Los Chinchilpos y Gamonales, danza en honor al Niño Jesús de Huayucachi, en la que se representan a los campesinos y gamonales enfrentados en sangrienta batalla. Los Avelinos, estampa de San Jerónimo de Tunán, famosos guerrilleros de Andrés Avelino Cáceres, defensores del honor nacional durante la guerra con Chile. Finalmente el Huaylarsh, la manifestación máxima de alegría y satisfacción por el verdor del campo que anuncia una buena cosecha; representa escenas del cultivo de la papa y el amorío del chiguaco o zorzal. Aquí se muestra la fortaleza y virilidad del varón en acecho. Este baile se originó en los pueblos de Pucará, Viques, Huayucachi y Sapalllanga y ha llegado a convertirse en la genuina representación del sentimiento huanca en cada festividad. En toda la extensión del territorio se realizan primorosos trabajos de alfarería, platería, tejidos, bordados y burilado entre muchos otros, que se muestran y expenden junto a todo tipo de mercancías de panllevar. Son pioneros en intercambios comerciales y en ferias tan importantes como ancestrales. La más tradicional, la Feria Dominical de Huancayo, sin opacar a sus similares en casi todos sus pueblos cada una en un día especial. Los domingos además de Huancayo: Concepción, Jauja y Mito. Los lunes: Huayucachi, San Agustín de Cajas. Los martes: Pucará, Hualhuas, Viques, Concho. Los miércoles: Jauja, San Jerónimo de Tunán. Los jueves: Sicaya, Sapallanga, Orcotuna, Huancán, El Tambo, Chongos alto. Los viernes: Aco, Ahuac, Chongos Bajo, Cochas Chico, Chaquicocha. Los sábados: Chupaca, Matahuasi, Marco, Muquiyauyo, Llocllapampa y la Oroya.

En el arte de moldear el barro, el pueblo de Quilcas tiene además el privilegio de haber confeccionado en la Colonia las tejas con la técnica que llegó de España.

Los maestros del moldeado del paño de lana de oveja y la confección de los famosos sombreros huancas "a la pedrada" están en San Agustín de Cajas. El arte del tallado en madera nativa, como el aliso, para utensilios domésticos y máscaras se puede encontrar prolífico en Molinos, Huertas, Mito, Julcán y Masma. El tejido es una de las artes más difundidas en los tradicionales pueblos tejedores como Hualhuas o Viques.

También existen eximios artistas del bordado en Huayucachi, como en la ciudad de Huancayo.

La tradición orfebre proviene del trabajo de filigrana, diseños tejidos de hilo de plata y oro. También lo es la chapa o plata laminada y cincelada. Una de las razones que han hecho de San Jerónimo de Tunán cuna de plateros ha sido la gran necesidad de adornos para las imágenes que demanda todo el valle del Mantaro en sus festividades religiosas.

Como característica del arte popular huanca destacan los mates burilados nacidos de una humilde y común calabaza que los artesanos del pueblo de Cochas "importan" desde Chiclayo o Piura actualmente para transformarlas en las obras de arte que casi todos los peruanos conocen. Sus mejores artífices viven en Cochas y muchos otros ahora, se han dispersado por todo el país.
La importancia económica de Huancayo es muy grande desde épocas pasadas por ser lugar obligado del intercambio comercial entre la capital y toda la sierra y selva sur. Y como tierra privilegiada en agricultura y ganaderia, Huancayo posee una casi interminable variedad de potajes propios de una gastronomía que hoy constituye la fuente de inspiración para la cocina "novoandina".

Si usted está pensando pasar un fin de semana o mejor aún sus vacaciones en este territorio de cielos azules, sol cálido, aire floreado y montañas multicolores no deje de comprar para su familia o amigos: queso, mantequilla, o manjar blanco. Ellos, siempre le recordarán este viaje.

Por Rub‚n D. Gutierrez
Año II/Número 8 , Página 08
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