Cajamarca: Tumba de un Imperio
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Cajamarca es uno de los departamentos más
significativos en la historia del Perú. Se puede afirmar con toda seguridad que en la
ciudad capital del mismo nombre se puso punto final al esplendoroso Imperio de los Incas a
la vez que empezó la era del colonialismo español. La capital del mismo nombre es una
ciudad "grande y hermosa" como decían ya los cronistas en el siglo XVIII. Quienes visiten Cajamarca no podrán dejar de revivir una escena que marcó sombríamente el destino del Tahuantinsuyo. El 15 de noviembre de 1532, el conquistador Francisco Pizarro llegó hasta la actual plaza de armas que, por entonces, era triangular. Allí esperó a Atahualpa, el último monarca de la dinastía inca, quien se encontraba reposando en los ahora llamados Baños del Inca. Al día siguiente, Atahualpa hizo su ingreso a la plaza en medio de una multitud y un aparato ceremonial esplendoroso. Lo recibió el padre Vicente Valverde, quien le mostró una Biblia. Atahualpa arrojó el libro sagrado al suelo porque no entendía de qué se trataba y, entonces, los soldados españoles irrumpieron en la plaza infligiendo una aplastante derrota al ejército imperial que huyó despavorido ante la sorpresa que provocaron las armas de fuego y las caballerías. Atahualpa fue juzgado como hereje y condenado a morir ahorcado, aunque esa pena le fue conmutada por la del garrote. Atahualpa se dio cuenta de la ambición de los castellanos; en el cuarto donde estaba preso se empinó y estirando el brazo hacia arriba, le ofreció a Pizarro comprar su libertad llenando ese cuarto de oro y los dos contiguos de plata, hasta donde alcanzara su brazo. Atahualpa pagó el rescate, pero de todos modos, murió bajo la pena del garrote cuando el sol entraba en el ocaso, y el imperio de los incas también. Como una sombría metáfora y una síntesis desesperada, al siguiente día empezaba una nueva historia: la del colonialismo español que duró 300 años. El Cuarto del Rescate es uno de los mayores atractivos cajamarquinos. Está cerca al Hospital de Belén, es un cuarto frío, severo, silencioso, que tiene 17 pies de ancho por 22 de largo, en impresionante coincidencia con el relato de los cronistas de la época. La ciudad de Cajamarca es un lugar privilegiado para el turismo; está situada en las faldas del cerro Santa Apolonia y goza de un clima primaveral, la gente tiene fama de ser muy acogedora. Quienes llegan a visitarla regresan alabando el afecto ingenuo de la gente de la ciudad y de los campesinos. En Cajamarca se respira aire puro, aromatizado por la fragancia de los eucaliptos, retamas y molles, mientras la vista se recrea en el verde de la campiña que la cerca por todos los costados y en todas las tonalidades. Hay verde-esmeralda, verde-oscuro, el "verde que te quiero verde" de García Lorca y hasta el verde-esperanza que alienta a los hombres de todas las latitudes de la tierra. El departamento está dividido en 13 provincias, entre las cuales destacan Cajabamba donde nació José Sabogal, uno de los más famosos pintores peruanos; junto a Mario Urteaga, un neto autodidacta "naif"; así como el conocido Andrés Zevallos que goza de fama internacional. Celendín es una famosa tierra de comerciantes llamados "judíos shilicos"; Jaén produce una excelente variedad de café y en Ichocán nació una niña llamada Emperatriz Chávarry Castillo. Muy tierna aún vino con sus padres a establecerse en el Callao. Nadie se imaginó que años después, aquella niña se convertiría en Ima Sumac, una de las más notables sopranos del mundo. Alcanzó fácilmente las 8 octavas de la fama y paseó el asombro de su voz por los más célebres teatros del mundo. Imac Sumac vive hoy en Beverly Hills,California. Artesanía Colonial La ciudad fue trazada sobre una planicie aunque hay algunas calles empinadas llenas de recuerdos coloniales. Las iglesias son asombrosas. La Catedral en la plaza de armas fue construída en el siglo XVII y muestra una fachada impresionante donde lo más notable es la sobriedad arquitectónica resaltada por la piedra de origen volcánico de que está hecha. Tiene cinco campanas en sus torres inconclusas, fundidas al comenzar el siglo XVIII; en las naves se pueden admirar las imágenes de la Virgen del Carmen, el Señor de la Buena Muerte y nuestros santos peruanos: Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres. La Iglesia de San Francisco situada en la misma plaza "es esbelta y arrogante", según calificativo del historiador Aurelio Miró Quesada. Fue construida en 1687 y vale la pena acercarse a admirar las imagénes de piedra y los ángeles con trompetas que adornan las hornacinas. La Capilla de la Virgen de los Dolores es la que que sugiere mayor devoción de los cajamarquinos quienes no se cansan de admirar a Jesucristo y los 12 Apóstoles tallados en piedra en alto relieve. También son dignas de visitarse la Iglesia de la Recoleta, la de San José y, sobre todo, la Iglesia de Belén, junto al colegio del mismo nombre, la cual ostenta hermoso frontispicio labrado, mientras al interior se lucen pétreos adornos pintados de rojo, amarillo, azul, una especie de incitante muestrario de policromías. Es importante notar que muchas de estas iglesias tienen sus torres inconclusas. La tradición dice que no las terminaron porque era una manera de evadir el pago de impuestos al gobierno. Estos sólo eran pagados cuando se terminaban las obras, lo que indicaría que ya por entonces, habìan nacido los evasores de impuestos La Ingenería Inca Cerca a estos baños, la campiña es espectacular. Las retamas de flores amarillas, los eucaliptos altos y olorosos, el cielo de azul intenso y nubes que parecen manadas de blancas ovejas distraídas, conforman paisajes dignos de un pintor naturalista del medioevo. En el cerro de Santa Apolonia se encuentra, la llamada "Silla del Inca" de gran interés turístico. Pero, además, se conserva la tradición de que de aquí parten subterráneos que atraviesan la ciudad. Hay quienes afirman que en las noches se escuchan ruidos en el fondo de la tierra como si se tratara de grandes batallas, choque de sables, estruendo de cañones. Lógicamente, es parte de la fantasia popular. Sin embargo, más admirable es todavía el acueducto que nace en el cerro Cumbe, llamado el Cumbe-mayo a unos 20 kilómetros de la ciudad y a unos 3,600 metros sobre el nivel del mar. Representan trabajos hidráulicos que concitan la admiración de los científicos porque, además de estar labrados sobre la roca viva, no son rectos sino delineados en zigzag, con ángulos rectos, cuya finalidad habría sido amenguar la velocidad de las aguas. De esta manera, a pesar de que están bajando, se ve que discurren con mansedumbre. También la leyenda se extiende a este lugar lleno de petroglifos y litogrifos, cuando se afirma que de aquì parten caminos subterráneos que llegan hasta el Cusco. A unos cinco kilómetros de la ciudad se encuentran las famosas "Ventanillas de Otuzco" que conforman una gran necrópolis. Se trata de rectángulos horadados en la piedra que no eran sino tumbas pre-incas. El famoso historiador Julio C. Tello, en 1937, realizó expediciones especiales para estudiar estos importantes restos arqueológicos. Tello indicó que se tratarían de restos tiahuanacoides. Tierra de Abundancia Pero, Cajamarca ostenta un record nacional: es el departamento que produce más cuyes que ningún otro en el país. Según el Diccionario Geográfico e Histórico del departamento, del escritor Carlos Burga Larrea, Cajamarca produce más de 3 millones de cuyes sobre más de 70 millones que se producen en todo el país. No hay que olvidar que el cuy tiene 21 por ciento de proteínas y casi cero de colesterol. Para Cajamarca, es una leyenda. Se cuenta que en las estribaciones del cerro Huacariz de Llacamora, "en las noches de luna salen a corretear cuyes de oro". Cajamarca constituye uno de los lugares más codiciados en el mundo de la minería. Potentes inversionistas llegan a Cajamarca como las moscas a la miel. Yanacocha es actualmente uno de los yacimientos más importantes en producción de oro en el país. En Michiquillay se explota cobre en grandes volúmenes y está listo el proyecto para inciar la explotación de ese mineral en La Granja. Se calcula que cuando empiece el siglo XXI, La Granja estará produciendo 90 mil toneladas diarias del mineral. Lo folklórico |
Por Manuel Jesus Orbegoso
Año I/Número 6 , Página 08
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