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Cajamarca: Tumba de un Imperio


Foto:Arabella Cech

 

 

 


Foto:Mylene D'Auriol

 

 

 

 


Foto:Arabella Cech

 

 

 

 


Foto:Arabella Cech

 

 

 

 

 

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Foto:Sergio Urday

 

 

 

 

 

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Foto:Mylene D'Auriol

 

 

 

 

Cajamarca es uno de los departamentos más significativos en la historia del Perú. Se puede afirmar con toda seguridad que en la ciudad capital del mismo nombre se puso punto final al esplendoroso Imperio de los Incas a la vez que empezó la era del colonialismo español. La capital del mismo nombre es una ciudad "grande y hermosa" como decían ya los cronistas en el siglo XVIII.

Quienes visiten Cajamarca no podrán dejar de revivir una escena que marcó sombríamente el destino del Tahuantinsuyo. El 15 de noviembre de 1532, el conquistador Francisco Pizarro llegó hasta la actual plaza de armas que, por entonces, era triangular. Allí esperó a Atahualpa, el último monarca de la dinastía inca, quien se encontraba reposando en los ahora llamados Baños del Inca.

Al día siguiente, Atahualpa hizo su ingreso a la plaza en medio de una multitud y un aparato ceremonial esplendoroso. Lo recibió el padre Vicente Valverde, quien le mostró una Biblia. Atahualpa arrojó el libro sagrado al suelo porque no entendía de qué se trataba y, entonces, los soldados españoles irrumpieron en la plaza infligiendo una aplastante derrota al ejército imperial que huyó despavorido ante la sorpresa que provocaron las armas de fuego y las caballerías.

Atahualpa fue juzgado como hereje y condenado a morir ahorcado, aunque esa pena le fue conmutada por la del garrote. Atahualpa se dio cuenta de la ambición de los castellanos; en el cuarto donde estaba preso se empinó y estirando el brazo hacia arriba, le ofreció a Pizarro comprar su libertad llenando ese cuarto de oro y los dos contiguos de plata, hasta donde alcanzara su brazo.

Atahualpa pagó el rescate, pero de todos modos, murió bajo la pena del garrote cuando el sol entraba en el ocaso, y el imperio de los incas también. Como una sombría metáfora y una síntesis desesperada, al siguiente día empezaba una nueva historia: la del colonialismo español que duró 300 años. El Cuarto del Rescate es uno de los mayores atractivos cajamarquinos. Está cerca al Hospital de Belén, es un cuarto frío, severo, silencioso, que tiene 17 pies de ancho por 22 de largo, en impresionante coincidencia con el relato de los cronistas de la época.

La ciudad de Cajamarca es un lugar privilegiado para el turismo; está situada en las faldas del cerro Santa Apolonia y goza de un clima primaveral, la gente tiene fama de ser muy acogedora. Quienes llegan a visitarla regresan alabando el afecto ingenuo de la gente de la ciudad y de los campesinos.

En Cajamarca se respira aire puro, aromatizado por la fragancia de los eucaliptos, retamas y molles, mientras la vista se recrea en el verde de la campiña que la cerca por todos los costados y en todas las tonalidades. Hay verde-esmeralda, verde-oscuro, el "verde que te quiero verde" de García Lorca y hasta el verde-esperanza que alienta a los hombres de todas las latitudes de la tierra.

El departamento está dividido en 13 provincias, entre las cuales destacan Cajabamba donde nació José Sabogal, uno de los más famosos pintores peruanos; junto a Mario Urteaga, un neto autodidacta "naif"; así como el conocido Andrés Zevallos que goza de fama internacional. Celendín es una famosa tierra de comerciantes llamados "judíos shilicos"; Jaén produce una excelente variedad de café y en Ichocán nació una niña llamada Emperatriz Chávarry Castillo. Muy tierna aún vino con sus padres a establecerse en el Callao. Nadie se imaginó que años después, aquella niña se convertiría en Ima Sumac, una de las más notables sopranos del mundo. Alcanzó fácilmente las 8 octavas de la fama y paseó el asombro de su voz por los más célebres teatros del mundo. Imac Sumac vive hoy en Beverly Hills,California.

Artesanía Colonial

La ciudad fue trazada sobre una planicie aunque hay algunas calles empinadas llenas de recuerdos coloniales. Las iglesias son asombrosas. La Catedral en la plaza de armas fue construída en el siglo XVII y muestra una fachada impresionante donde lo más notable es la sobriedad arquitectónica resaltada por la piedra de origen volcánico de que está hecha. Tiene cinco campanas en sus torres inconclusas, fundidas al comenzar el siglo XVIII; en las naves se pueden admirar las imágenes de la Virgen del Carmen, el Señor de la Buena Muerte y nuestros santos peruanos: Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres.

La Iglesia de San Francisco situada en la misma plaza "es esbelta y arrogante", según calificativo del historiador Aurelio Miró Quesada. Fue construida en 1687 y vale la pena acercarse a admirar las imagénes de piedra y los ángeles con trompetas que adornan las hornacinas.

La Capilla de la Virgen de los Dolores es la que que sugiere mayor devoción de los cajamarquinos quienes no se cansan de admirar a Jesucristo y los 12 Apóstoles tallados en piedra en alto relieve. También son dignas de visitarse la Iglesia de la Recoleta, la de San José y, sobre todo, la Iglesia de Belén, junto al colegio del mismo nombre, la cual ostenta hermoso frontispicio labrado, mientras al interior se lucen pétreos adornos pintados de rojo, amarillo, azul, una especie de incitante muestrario de policromías.

Es importante notar que muchas de estas iglesias tienen sus torres inconclusas. La tradición dice que no las terminaron porque era una manera de evadir el pago de impuestos al gobierno. Estos sólo eran pagados cuando se terminaban las obras, lo que indicaría que ya por entonces, habìan nacido los evasores de impuestos

La Ingenería Inca
Un atractivo turístico de primera categorìa lo constituyen los Baños del Inca. Ya indicamos que Pizarro llegó a la ciudad cuando Atahualpa se encontraba tomando sus baños medicinales en unas pozas donde se mezclaba el agua caliente sulfurada y el agua fría potable. El cronista Pedro Pizarro escribió que allí habia "dos caños de agua caliente y uno de agua fría". Los visitantes pueden bañarse en piscinas temperadas en un lugar apacible donde se ve cómo el agua hirviente brota del fondo de la tierra. En los Baños del Inca hay dos lugares conocidos como "El tragadero" y "Los perolitos", donde se puede fácilmente cocer huevos.

Cerca a estos baños, la campiña es espectacular. Las retamas de flores amarillas, los eucaliptos altos y olorosos, el cielo de azul intenso y nubes que parecen manadas de blancas ovejas distraídas, conforman paisajes dignos de un pintor naturalista del medioevo.

En el cerro de Santa Apolonia se encuentra, la llamada "Silla del Inca" de gran interés turístico. Pero, además, se conserva la tradición de que de aquí parten subterráneos que atraviesan la ciudad. Hay quienes afirman que en las noches se escuchan ruidos en el fondo de la tierra como si se tratara de grandes batallas, choque de sables, estruendo de cañones. Lógicamente, es parte de la fantasia popular.

Sin embargo, más admirable es todavía el acueducto que nace en el cerro Cumbe, llamado el Cumbe-mayo a unos 20 kilómetros de la ciudad y a unos 3,600 metros sobre el nivel del mar. Representan trabajos hidráulicos que concitan la admiración de los científicos porque, además de estar labrados sobre la roca viva, no son rectos sino delineados en zigzag, con ángulos rectos, cuya finalidad habría sido amenguar la velocidad de las aguas. De esta manera, a pesar de que están bajando, se ve que discurren con mansedumbre. También la leyenda se extiende a este lugar lleno de petroglifos y litogrifos, cuando se afirma que de aquì parten caminos subterráneos que llegan hasta el Cusco.

A unos cinco kilómetros de la ciudad se encuentran las famosas "Ventanillas de Otuzco" que conforman una gran necrópolis. Se trata de rectángulos horadados en la piedra que no eran sino tumbas pre-incas. El famoso historiador Julio C. Tello, en 1937, realizó expediciones especiales para estudiar estos importantes restos arqueológicos. Tello indicó que se tratarían de restos tiahuanacoides.

Tierra de Abundancia
Cajamarca es un departamento histórico y de geografía muy diversa. Sus campos de cultivo producen papa, trigo, yuca, coca y café. El café de Jaén es muy conocido en el mundo. En Namora se puede observar una muy importante estación piscícola que produce alevinos de truchas y pejerreyes. La cría de ganado tiene suma importancia. En la actualidad el departamento cuenta con más de 600 mil cabezas de ganado vacuno. Cajamarca produce además: cebada y pastos natuales. Es el primer productor de maíz amiláceo en el país. Según, la Enciclopedia "Todo el Perú", Jaén ha intensificado sus cultivos de nuez nacadamia para la producción de aceite sin colesterol. Crían ganado caprino, ovino en cantidades muy significativas. También hay ganaderías de toros bravos que gozan de fama en los medios de la tauromaquia..

Pero, Cajamarca ostenta un record nacional: es el departamento que produce más cuyes que ningún otro en el país. Según el Diccionario Geográfico e Histórico del departamento, del escritor Carlos Burga Larrea, Cajamarca produce más de 3 millones de cuyes sobre más de 70 millones que se producen en todo el país. No hay que olvidar que el cuy tiene 21 por ciento de proteínas y casi cero de colesterol. Para Cajamarca, es una leyenda. Se cuenta que en las estribaciones del cerro Huacariz de Llacamora, "en las noches de luna salen a corretear cuyes de oro".

Cajamarca constituye uno de los lugares más codiciados en el mundo de la minería.

Potentes inversionistas llegan a Cajamarca como las moscas a la miel. Yanacocha es actualmente uno de los yacimientos más importantes en producción de oro en el país. En Michiquillay se explota cobre en grandes volúmenes y está listo el proyecto para inciar la explotación de ese mineral en La Granja. Se calcula que cuando empiece el siglo XXI, La Granja estará produciendo 90 mil toneladas diarias del mineral.

Lo folklórico
Cajamarca tiene, finalmente, algo muy especial que resaltar. Se trata de la famosa fiesta del Carnaval que es la más vistosa de todo el país y que, como fecha movible, no tiene un día fijo de celebración; por lo general se lleva a cabo en la primera quincena de febrero. Esta fiesta pagano-religiosa sirve para exteriorizar la alegría popular; se juega con agua, polvos, serpentinas y se cortan los "palos cilulos", aunque lo más vistoso es un desfile de comparsas por las calles principales de la ciudad, que atrae la admiración de propios y extraños; un paseo de mascarones burlescos presidido por una hermosa cajamarquina elegida Reina del carnaval para presidir esta colorida festividad en la que pueden participar los visitantes, y que no olvidarán jamás. Los cajamarquinos bailan muy bien la marinera. Recuerdan que cuando Simón Bolìvar pasó por Cajabamba y vio la belleza del valle formado por el río Condebamba opinó que el lugar se debería llamar Gloriabamba. Por la noche, Bolívar bailó marinera -entonces zamacueca o mozamala- con Chepita Ramírez, tía abuela del famoso pintor Sabogal. Cuando bailaban se dio cuenta de que los zapatos de Chepita estaban llenos de polvo, entonces, se inclinó para limpiarlos. Chepita le puso las manos sobre los hombros y le dijo: "Simón, hemos ganado la batalla". El amor había triunfado.
Así como en Cajamarca terminó un imperio, también en Cajamarca puede empezar -si no empezó ya-, otro, aquel que escriba en fuego y oro, nuevas páginas para la rutilante historia del Perú.?

Por Manuel Jesus Orbegoso
Año I/Número 6 , Página 08
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