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Tambopata: Regreso al Edén

[Tambopata]
Foto:Alejandro Balaguer

 

[Garza]
Foto:Alejandro Balaguer

 


[Tambopata]
Foto:Alejandro Balaguer

En el corazón del bosque más viejo del mundo: la amazonía, un territorio cuya edad alcanza los 75 millones de años, existe un milagroso paraje que parece concentrar todas las formas de vida del tercer planeta. Se trata de uno de esos escasísimos muestrarios de vida silvestre que los científicos denominan «megadiversidad» y todos los estudios realizados hasta hoy demuestran que se trata del sector más rico de toda la biósfera de la tierra. Ese alucinante paraíso está en el Perú y su nombre es Tambopata.

La Zona Reservada de Tambopata-Candamo, que se encuentra ubicada en el departamento de Madre de Dios, a sólo media hora de vuelo desde la ciudad del Cusco, se ha convertido, en los últimos años, no sólo en un importante centro de investigaciones para equipos de biólogos de todo el mundo, sino también en uno de los más fabulosos enclaves de esa exitosa modalidad de expediciones de aventura que se ha dado en llamar Ecoturismo.

En esta sorprendente comunidad biológica coinciden, de un modo mágicamente armonioso, tres ecosistemas diferentes: el llano amazónico, la vertiente oriental de los andes y el ecosistema de Pampas. Ese sobrecogedor capricho de la naturaleza ha hecho posible que en Tambopata convivan nada menos que once tipos distintos de bosques, a cuya sombra bulle la vida en las formas más insospechadas. Las diferentes especies identificadas hasta el momento alcanzan cifras impresionantes, muchas de ellas, verdaderos récords a nivel mundial, por ejemplo, pocos podrían imaginar que en esta reserva pueden encontrarse 1234 tipos distintos de mariposas, 592 de aves, 152 de libélulas, 135 de hormigas, 127 de anfibios, 103 de mamíferos, 94 de peces, 74 de reptiles, 40 de termitas y 39 de abejas.

Pero esta invalorable reserva alberga también en su interior, un silencioso drama. El drama de la destrucción. Desde que el hombre occidental penetró en la Cuenca Amazónica, 67 hectáreas de selva tropical desaparecen...¡cada minuto! y la población nativa ha descendido de 9 millones a poco menos de un millón y más de 90 grupos étnicos han desaparecido. La tribu de los Ese`Eja o Huarayos que habitan en el Tambopata ha disminuído de 10 mil habitantes a apenas 600 a causa de las enfermedades, la migración y el impacto de la explotación petrolera, maderera y cauchera. Y según el «Libro Rojo» de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, existen aquí 13 especies en peligro de extinción, entre las que se cuentan el jaguar, el lobo de río, el águila arpía y el caimán negro.

La decisión política de convertir a Tambopata en Parque Nacional se ha visto postergada a causa del interés de la petrolera norteamericana Mobil Oil de explorar en su suelo. Pero éste no es el único riesgo de contaminación que se cierne sobre el área; los buscadores de oro que se han establecido en los ríos Tambopata y Malinowski contaminan sus aguas con mercurio. Esto, sumado a la tala indiscriminada de los bosques y a la condenable acción de los cazadores furtivos no hace sino poner en serio riesgo este paraíso natural que todos debemos conservar y defender. Tambopata es el lugar perfecto para recordar, una vez más, que la naturaleza no nos pertenece. Somos nosotros los que pertenecemos a la naturaleza.?

Por Guillermo Castro
Año I/Número 3 , Página 8
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