Rumbos Home


Posuzo: Una colonia alemana en los AndesUna colonia alemana en los Andes

El nombre Pozuzo deriva de la palabra "pozuzu", que en amuesha significa "río de agua salada" Durante más de cien años, la colonia austro-alemana de Pozuzo (departamento de Pasco) se desarrolló al margen de los acontecimientos históricos del país.

Hermoso paísaje, donde el verdor es la constante.

Una de las varias cascadas que se encuentran a la vera del camino.  Nadie puede resistirse a sus frescas y limpias aguas.

Niñas con alegres y coloridas vestidos, a la usanza Tirolese.

Sonriente Pozuzina con traje tipico tirolés.

Tipica casa posuzina, con influencia de arquitectura alemana: Techos altas y a dos aquas cubiertos con tejas de madera, y reemplazadao hoy, por planchas de zinc.

Imagen de dos simpáticas jovencitas captadas en el ensayo de coro.

Pequeña poza formado en un recodo del rio.

Impresionantes árboles pueden ser apreciados en las fundas que rodean la ciudad.

Primer puente colgante Emperador Guillermo II, recientemente restaurando y que fuera utilizado por los primeros colonos para cruzar el rio Huancabamba.

La Municipalidad Distetal de Pozuzo invitó a expertos en canotajoe, ala delta y parapente para prmover nuevas rutas de aventura en esta zona.

© Mylene D'Auriol

El viaje por tierra a Pozuzo, si se toma la carretera Central, en el trayecto Lima-La Oroya, tiene la particularidad de mostrar diversas regiones del Perú, pues se puede apreciar cómo la aridez de la costa va dando paso a la vegetación cambiante y típica de cada lugar, hasta culminar en la cordillera, a una altitud de 4,800 metros sobre el nivel del mar, en el abra de Ticlio. De acuerdo a la época, se puede observar grandes extensiones de nieve en los cerros. Al llegar a La Oroya, se toma el desvío hacia Tarma, y más adelante se encuentran San Ramón y La Merced. El tramo a Oxapampa, no asfaltado, en épocas de lluvias se ve afectado por los deslizamientos y desbordes del río.

El trayecto hasta Pozuzo se caracteriza por una carretera serpenteante, al borde de acantilados empinados sobre el río Huancabamba. El camino esta redeada de helechos y árboles de copas frondosas, en muchos de los cuales se aprecia delicadas orquídeas; y cascadas espumosas invitan al viajero a tomar un baño en sus frescas y limpias aguas. Además, en el trayecto, se encuentra el Parque Nacional Yanachaga-Chemillén, que tiene una extensión de 122,000 hectáreas y abarca parte de los distritos de Pozuzo, Villa Rica y Palcazú (en la provincia de Oxapampa), y es uno de los parques de mayor flora y fauna en el mundo.

Historia

En 1849, el Presidente de la República, Ramón Castilla, promulgó la Ley de Inmigración. El primer arribo de alemanes se produce, al amparo de esa ley y gracias al empresario Antolín Rodulfo, pero sin éxito. Los inmigrantes alemanes nunca se establecieron, pese a su esfuerzo de ir a pie hasta Tarapoto. Al destino no llegó una familia completa, muchos perecieron en la travesía, pues el paso por las altas cordilleras, los despeñaderos de la ceja de selva, y las inclemencias del clima.

A partir de esta experiencia, el Perú se hizo de mala reputación y de grandes oposiciones a la inmigración desde la misma Alemania.

Pero fue el barón Cosme Damián Schütz von Holzhausen, viajero alemán que, después de visitar las colonias alemanas de Texas, tuvo el propósito de establecer colonias en América del Sur, al ser convencido de dirigir la inmigración hacia la ceja de selva peruana. Tras un viaje, en 1852, al Alto Marañón, y en aquella oportunidad entablo amistad y formó una sociedad con Manuel Ijurria, minero de Cerro de Pasco.

Un tiempo después, el gobierno peruano admitió la propuesta Schütz –Ijurria, bajo la modalidad de contrato, en virtud al cual se proponía introducir, en territorios del Amazonas, a 13,000 colonos alemanes. Sin embargo, en 1853, el presidente Echenique derogó la Ley de Inmigración y este contrato devino en nulo.

Durante el segundo gobierno de Castilla, en 1855, se suscribe otro contrato Schütz –Ijurria, con la finalidad de traer a 10,000 inmigrantes austríacos y alemanes. En dicho documento se estipuló que la colonia bajaría por la cordillera para establecerse en la frecuencia de los ríos Delfín y Huancabamba.

Si bien inicialmente se habló de un primer viaje de 500 colonos, en realidad salieron del puerto de Amberes sólo 300, los mismos que llegaron y partieron cruzando la cordillera hacia el lugar a colonizar. El viaje tardó dos años y fue muy penoso. Llegaron a Pozuzo el 25 de julio de 1859.

Se establecieron de modo definitivo apenas unos 150 colonos, quienes se encontraron totalmente aislados de su patria. No se supo nada de ellos durante más de 120 años. Durante este tiempo, la colonia fue autosuficiente: desarrollaron la crianza de animales, el tejido de telas y la confección de sus propios zapatos.

El crecimiento poblacional de la colonia se debió al matrimonio entre sus miembros, y a la unión, tanto entre éstos como con nativos de la región.

En 1970 se construyó la primera carretera a Pozuzo, la cual presentaba un tramo irregular por los deslizamientos. Pero sirvió para que muchos adelantos propios de la época y el intercambio comercial se hicieran presentes en esta colonia. Esta vía de acceso también hizo posible que muchos jóvenes puzucinos salieran de la localidad con el objetivo de educarse o para vivir en la capital.

Hoy Pozuzo se caracteriza por su raíces.La vestimenta típica tirolesa es usada en los días festivos, se imparte la enseñanza de alemán y español, y familias conservan, a través del tiempo, apellidos como Schmidt, Heidinger, Müller y Köhel.

En el pueblo se puede apreciar el desarrollo natural y necesario del mestizaje, fruto de la pacífica convivencia de colonos y nativos. Esto se evidencia a través de la presencia de apellidos oriundos de la región, los cuales, combinados con apellidos y nombres de origen tirolés, dieron paso y lugar a nuevas generaciones de peruanos.

Las nuevas generaciones han abierto, en los últimos 30 años, un nuevo territorio en lo que ellos llaman "La Conquista del Codo de Pozuzo". Esta conquista se realiza después de muchos viajes en los cuales se exploró el lugar y se experimentó con sembríos. Hoy lo muestra, con merecido orgullo, la Municipalidad del Codo del Pozuzo.

Pozuzo pueblo

Las casas coloniales son una clara muestra de la influencia de la arquitectura germánica adaptada a las condiciones y los materiales del lugar. Las edificaciones se caracterizan por sus techos altos y a dos aguas (cubiertos antes con tejas de madera y hoy por planchas de zinc) y corredores exteriores para comunicar los ambientes. Por lo general, los establos se encontraban en el nivel inferior, dejando el segundo, tercer y hasta cuarto nivel destinados a la vivienda. Cerca se ubicaba un trapiche para la molienda de caña; una muestra de ello se encuentra en Palmira, en la casa de cuatro pisos del Hernan Egg.

En el pueblo se puede visitar las iglesias de San José de Pozuzo y del Sagrado Corazón de Jesús, como otras expresiones de la típica arquitectura del lugar. Se encuentra también el Museo Francisco Schafferer, en el cual se exhiben restos de cerámica que datan del periodo comprendido entre los años 6,000 a 1,800 a. C., época en que Pozuzo estuvo habitado por tribus nativas. El museo además exhibe numerosas armas, recuerdos y utensilios pertenecientes a los primeros colonos.

Otro lugar de visita es el primer puente colgante, llamado Emperador Guillermo II, recientemente restaurado, que fuera utilizado por los primeros colonos para cruzar el río Huancabamba.

En cuanto a actividades económicas, Pozuzo es una colonia dedicada principalmente a la ganadería de carne (y en menor escala lechera), siembra del café y arroz, y fruticultura. En un recorrido por los alrededores del pueblo uno encuentra hermosos fundos que destacan, por la verdura de sus sembríos, la selva que los rodea, además de hermosas casas de madera. Todas estas características logran un matiz muy particular, difícil de encontrar en otros lugares del Perú.

Evidentemente, Pozuzo es un lugar de gran atractivo turístico, por su carácter, la belleza de su paisaje y sus fiestas. Respecto a esto último, la festividad más importante es la celebrada el 25 de julio -día de su fundación-, la cual se prolonga hasta el 30.

Esta conmemoración es de gran colorido, tanto por las vestimentas típicas, y la música y canciones austro-alemanas, como por los torneos de cintas a caballo, que muestran a diestros jinetes que en acto de galantería recogen aros y cintas multicolores para ofrecerlos a las jóvenes del lugar. También son vistosos los carros alegóricos, la pelea de gallos (sí, tengan las agallas), y desde luego, la comida del lugar, con recetas típicas pozucinas, y austro-alemanas, entre las que destacan la sopa de sémola (Griesnockerlsuppe), el remolino de carne con verduras (Fleischtrudel mit gemuse), las salchichas o el cerdo ahumado.

Los alrededores de Pozuzo, aparte de ser excelentes para el camping, se prestan a la práctica de deportes de aventura, como el canotaje, parapente, ala delta, caminatas y paseos en moto, actividades que, sumadas al trato gentil y hospitalario de su gente, harán de su visita una vivencia difícil de olvidar.

Por Armando Flores
Año /Revista 14 , Pagina 74
[Sube]    Rumbos Online http://www.rumbosperu.com