Rumbos Home


Punta San Juan: El último refugio por Patiricia Majluf

wpe10C2.jpg (24393 bytes)

Punta San Juan, aalbergue natural que merece toda nuestra atención.

Punta San Juan, alberga un porcentaje significativa de lobos marinos.

El fácil acceso a loas colonias, hace de Punta San Juan un lugar ideal para investigaciones a largo plazo.

© Patricia Majluf

Aún cuanto la improtancia ecónomica del guano ha disminuído, hasta ahora se protegen las puntas e islas guaneras.

Desde 1982, investigadores de la WCS realizan un seguimento casi continuo de la fauna de Punta San Juan.

Vida animal en Punta San Jaun: expresión de belleza y libertad.

La presencia de investigadores no altera la paz de las especies de la zona.

La belleza natural no parece tener limites en Punta San Juan.

© Patricia Majluf

De apenas 54 hectáreas de extensión, Punta San Juan (departamento de Ica) es un refugio natural de pingüinos de Humboldt y lobos marinos. Desde 1982, investigadores de la WCS han realizado un seguimiento casi continuo a estos animales, el cual ha permitido determinar cómo las especies se adaptan a un ambiente donde El Niño puede ocurrir en cualquier momento.

 

La explotación del guano en el Perú data del tiempo de los incas. Los millones de aves guaneras que poblaban nuestras costas dejaron gigantescos depósitos de guano que cubrían las islas con capas de hasta 40 metros de alto. Sin embargo, no fue sino hasta mediados del siglo pasado que se descubrió su gran valor como fertilizante, desatándose la fiebre del guano o "saturnalia".

El ingreso de divisas de la venta del guano llegó a cubrir el presupuesto del Estado y la deuda externa, al punto de que los entonces menos numerosos peruanos no tenían que pagar impuestos. Para 1900, no obstante, debido al poco cuidado que se había tenido en su explotación, ya quedaba poco guano y muy pocas aves.

La solución a este problema hasta ahora destaca como uno de los primeros y más efectivos ejemplos de explotación sostenible de una población de fauna llevada a cabo por un gobierno. En 1909 el gobierno peruano crea La

Compañía Administradora del Guano y pide la asesoría de los expertos mundiales en aves marinas para recuperar las poblaciones de aves guaneras. Para esto se establecieron guardianías en las islas y en adelante se mantuvo un cuidadoso control de no molestar a las aves en reproducción durante las campañas de extracción de guano. Estas medidas pronto lograron que las poblaciones de aves aumenten de 4 a 10 millones en menos de 20 años.

Posteriormente en 1946, con el fin de aumentar aun más las poblaciones de aves y sus tasas reproductivas, se le ocurrió a Carlos Llosa Belaunde, entonces director de la Compañía del Guano, la brillante idea de crear islas artificiales, encerrando penínsulas costeras con muros de concreto. 

De esta forma se excluía a los predadores terrestres y se limitaba las incursiones de humanos a estas zonas. Los resultados de esta medida fueron espectaculares: para la década de cincuenta se alcanzó un promedio de 18 millones de aves. Desde entonces las poblaciones de aves guaneras colapsaron y se recuperaron varias veces; el guano de ave fue substituido por los fertilizantes artificiales a nivel mundial y, principalmente, la pesquería industrial reemplazó la extracción de guano como la primera actividad pesquera del Perú.   Afortunadamente, aun cuando la importancia económica del guano ha disminuido, hasta ahora se mantiene la protección a las puntas e islas guaneras. Estas reservas proveen refugio no sólo a las aves guaneras, sino a los lobos marinos y muchas otras especies de aves marinas. Actualmente, aparte de la Reserva Nacional de Paracas, las únicas zonas que proveen un mínimo de protección a estas especies en el litoral peruano son las puntas e islas guaneras. Y entre éstas destaca especialmente Punta San Juan, ubicada en el distrito de Marcona, en la provincia de Nazca (Ica).

Situación ideal

De apenas 54 hectáreas de extensión, Punta San Juan provee refugio a casi el 75% de los pingüinos de Humboldt, 50% de los lobos finos y 30% de los lobos chuscos del Perú.

Esta situación se ha visto favorecida por los siguientes factores:

En primer lugar, las aguas alrededor de Punta San Juan son excepcionalmente frías y productivas. El talud continental se encuentra a sólo 2 kilómetros de la costa, lo cual permite que el proceso de afloramiento lleve altas concentraciones de nutrientes y aguas muy frías desde zonas muy profundas.

En segundo lugar, en la mayoría de las otras reservas guaneras, la protección está limitada casi exclusivamente a las aves guaneras. En Punta San Juan, la afortunada presencia de una serie de guardianes interesados en la fauna en general y –posteriormente– la presencia continua de un grupo de investigadores, ha provisto a las otras especies residentes de protección suficiente como para que se establezcan y se puedan reproducir relativamente sin disturbios.

La abundancia de animales y el fácil acceso a las colonias hace de Punta San Juan una situación ideal para realizar investigaciones a largo plazo. A partir de 1982 las poblaciones de lobos marinos y de pingüinos de Punta San Juan han sido objeto de estudio casi continuo por los investigadores de la Wildlife Conservation Society (antes conocida como la Sociedad Zoológica de Nueva York). El Proyecto Punta San Juan provee una perspectiva única sobre la vida de nuestras especies marinas por su larga presencia en la zona. El seguimiento de animales marcados individualmente a través de los años ha permitido observar cómo las especies se han adaptado a un ambiente donde El Niño puede ocurrir en cualquier momento.

Frente a El Niño

Por suerte, en condiciones normales, las aguas de la costa peruana son sumamente ricas y los animales pueden reproducirse múltiples veces en un solo año, compensando así las perdidas de El Niño. Asimismo, en el caso de los lobos marinos, las madres pueden variar el tiempo que lactan a sus hijos. Como sólo tienen una cría al año, el perder aunque sea una de ellas es una pérdida significativa para un animal con una vida reproductiva de menos de 10 años. Comúnmente las crías nacidas durante El Niño se mueren de hambre porque sus madres están mar afuera por varios días buscando alimento. Por esto, a las madres les sale a cuenta seguir lactando la cría del año anterior y así asegurar que sobreviva la escasez de alimento de El Niño.

En cambio, en años de abundancia, las madres destetan a sus hijos en seis meses y así concentran sus energías en la producción de la temporada siguiente. Por lo general, animales que viven expuestos a El Niño tienen un comportamiento flexible, que les permite ir cambiando según las condiciones reinantes. No obstante, cuando El Niño es muy severo, no hay adaptación que sirva. En niños como el del año pasado, no sólo mueren los lobos jóvenes, sino también los adultos en grandes cantidades.

Entre febrero y abril de este año, solamente en Punta San Juan y sus alrededores murieron por lo menos cinco mil lobos chuscos, mil lobos finos, cientos de pingüinos y miles de aves marinas de diversas especies.  En mayo, al final de El Niño, Punta San Juan quedó casi totalmente desierta. Para entonces había menos de 50 pingüinos (antes casi 5 mil), 70 lobos finos (antes de 2 mil a 5 mil) y 400 lobos chuscos (antes de 9 mil a 15 mil).

Desde entonces, la única población que ha dado señas de recuperación es la de pingüinos. A partir de mediados de junio empezaron a llegar y actualmente hay un poco más de mil. Muchos de ellos ya están excavando nidos y unos pocos pusieron huevos. Desgraciadamente no se sabe cuántos individuos de cada especie han muerto. Pero dada la duración e intensidad del evento, es muy probable que porciones significativas de las poblaciones (probablemente más del 50% de los lobos) se hayan perdido. Lo que si es muy claro es que ahora, más que nunca, es crítico que a los pocos sobrevivientes hay que darles más protección para lograr su recuperación.

Acciones necesarias

En la actualidad, Punta San Juan se encuentra en situación crítica. Con casi 50 años de exposición a la acción del viento y el mar, muchas secciones del muro de concreto que la protege están a punto de colapsar. Los intensos vientos de invierno ya han derribado cuatro paneles del muro este año. Si no se repara el resto pronto, hasta un 30% del muro podría perderse con muy serias consecuencias para los pocos sobrevivientes de El Niño.

Para ayudar a esta situaciòn, se acaba de firmar un convenio entre la Wildlife Conservation Society y Proabonos la empresa gubernamental a cargo de las puntas e islas guaneras. Mediante este convenio WCS establecerà un centro de investigaciòn en Punta San Juan el que canalizà los esfuerzos para recuperar la fauna local, el mantenimiento de las guardianías, y el muro, proveerà oportunidades de entrenamiento para jóvenes conservaciones en el Perù y, principalmente, coordinarà con PROABONOS para que futuras campañas de extracciòn de guano se lleven a cabo de forma tal que tengan un mìnimo impacto sobre las especies de fauna de la zona.

Si usted desea colaborar con la conservación de Punta San Juan, contáctese a: psj@datos.limaperu.net

Por Patricia Majluf
Año IV/Revista 14 , Pagina 60
[Sube]    Rumbos Online http://www.rumbosperu.com